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La Casa de Acogida de Ancianos Apaktone invita a la ciudadanía a colaborar con el Bazar de la Solidaridad para ayudar a los abuelitos y abuelitas consiguiendo increíbles artículos.

En el bazar hay una amplia selección de abrigos, polos, pantalones, camisas, libros, zapatos y mucho más. Cada producto adquirido contribuye directamente al sostenimiento de la Casa Apaktone, brindando un hogar seguro a los ancianitos residentes, quienes necesitan amor y cuidados.

La dirección del bazar es Jr. Daniel Alcides Carrión N° 341, Puerto Maldonado y los horarios de atención son de 9:00 a. m. – 12 p. m.  y 3:00 p. m. – 6 p. m.

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La Casa de Acogida de Ancianos Apaktone invita a la ciudadanía a colaborar con el Bazar de la Solidaridad para ayudar a los abuelitos y abuelitas consiguiendo increíbles artículos.

En el bazar hay una amplia selección de abrigos, polos, pantalones, camisas, libros, zapatos y mucho más. Cada producto adquirido contribuye directamente al sostenimiento de la Casa Apaktone, brindando un hogar seguro a los ancianitos residentes, quienes necesitan amor y cuidados.

La dirección del bazar es Jr. Daniel Alcides Carrión N° 341, Puerto Maldonado y los horarios de atención son de 9:00 a. m. – 12 p. m.  y 3:00 p. m. – 6 p. m.

Con gran alegría y gozo evangélico, el pasado 08 de agosto, el Vicariato apostólico de Puerto Maldonado se vistió de fiesta al celebrar a Santo Domingo de Guzmán, patrono del Vicariato.

La fiesta inició a las 17:00 horas con una procesión llena de fe por parte de la feligresía, llevando en hombros la imagen de Santo Domingo desde la Parroquia de Santa Cruz hasta la Catedral de Nuestra Señora del Rosario. Al llegar la catedral lucía hermosa, adornada con motivos del santo patrono, flores coloridas y letreros con los diferentes grupos nativos de Madre de Dios. En punto de las 19:00 horas, dio inicio la Eucaristía, presidida por Monseñor David Martínez de Aguirre Guinea, op, sus hermanos dominicos y sacerdotes diocesanos.

En el ofertorio, seis chicas de la residencia de Santa Cruz que, es dirigida por las Hijas de la Purísima Virgen María, vestidas con sus atuendos típicos de Ese´eja, Yine y Harakbut entraron danzando y llevando como ofrendas los estandartes de los frailes dominicos, frutas en canastas y el pan y vino, los cuales fueron entregados al Obispo.

La misa fue acompañada con la música y voces de las niñas del Colegio Santa Rosa. También estaban presentes las hermanas dominicas, la comunidad inter congregacional itinerante, la Infancia y Adolescencia misionera, Cáritas, ODEC y varios Colegios de la ciudad, entre otros organismos pastorales.

Monseñor David comentó a la feligresía que Santo Domingo era un aventurero, un curioso de la vida, alguien que se preocupaba por el otro, teniendo una mirada más amplia, era un enamorado de Dios, alguien que llevaba esperanza a los que sufrían y hoy por hoy, gracias a Dios, hay frailes dominicos por todo el mundo. El Obispo terminó la homilía con unas preguntas: ¿cultivamos nuestro encuentro con Jesús, ayudamos a otros a que se encuentren con Jesús, tenemos una mirada atenta al dolor de nuestros hermanos, nos inquieta lo que sucede en nuestro mundo, buscamos respuestas en el Evangelio, somos capaces de salir de nuestras comodidades, ponemos al reino de Dios en el centro de nuestras vidas? Santo Domingo nos invita a dar una respuesta positiva.

Damos gracias a Dios por la vida y obra de Santo Domingo de Guzmán, patrono de nuestro Vicariato apostólico de Puerto Maldonado.

En visita canónica, el Consejo de las hermanas de los Sagrados Corazones (SSCC), visitó a las tres religiosas SSCC y la laica misionera que viven la experiencia de la itinerancia en el Vicariato apostólico de Puerto Maldonado. Las religiosas visitantes, Hna. Susana Villarreal (Perú), Hna. Irene Arias (Chile) y Hna. Leini María Ferrín (Ecuador) llegaron el pasado 26 de julio con el objetivo de saber cómo están las hermanas y la laica, cómo van conociendo la realidad amazónica y se van adaptando a la realidad, llena de belleza y desafíos.

Con el apoyo de Alberto Inuma, presidente de Boca Pariamanu, las tres religiosas visitantes y la Comunidad itinerante visitaron esta bonita comunidad nativa de los Amahuaca, conocieron un poco de la realidad amazónica peruana, admiraron la belleza de su selva, los animales y la gente del lugar, sobre todo de los niños.

En un ambiente fraterno, conversaron con Mons. David Martínez de Aguirre, Obispo de Puerto Maldonado, platicaron sobre la vida de los pueblos nativos del Río Piedras, otros afluentes y la zona minera. Se informó a Don David de las comunidades nativas visitadas de marzo y julio y se vieron horizontes de la misión itinerante.

Las hermanas del Consejo regresan a sus países llenas de esperanza, de poder responder al clamor de la realidad de Amazonas de Perú, afrontando los desafíos de una Iglesia sinodal e incluyente.

El pasado 26 de julio, en punto de las 7:00 am la Catedral de esta ciudad de Puerto Maldonado acogió a las autoridades municipales y regionales, militares, navales y de la policía, así como otras entidades gubernamentales y la feligresía en la tradicional Misa Te Deum por la celebración de los 202 años del Perú independiente.

La Eucaristía fue concelebrada por los frailes dominicos quienes llevan más de 100 años construyendo la Iglesia en Madre de Dios y presidida por Mons. David Martínez de Aguirre Guinea, op, quien instó a la asamblea a orar por el Perú y a tomar en serio a los más desvalidos, sobre todo a los abuelitos de la Casa de Acogida Apaktone, una obra social del Vicariato. “Se necesitan profetas de la esperanza que sean capaces de suscitar en el pueblo una esperanza” afirmó el Obispo y recordó a los ahí reunidos que Jesús es la Buena Noticia, el alimento para no sucumbir en el proyecto de Patria común. La iluminación vino por la parábola del Sembrador, es decir, Dios mismo, quien ha puesto una semilla divina en nuestro corazón, sabiendo que somos diferentes tipos de tierras. “Haz tu vida apta para que la semilla pueda fructificar, hagamos las administraciones públicas el sueño de Dios para el Perú”, afirmó Mons. David.

La Eucaristía terminó con la oración del Te Deum dirigida por el Vicario, el p. Manuel de Jesús, op; todos los presentes interiorizaron el momento de dar gracias a Dios por el Perú y su independencia.

¡Que viva el Perú!